Si estudias el mismo
tiempo que tus compañeros, pero suspendes o tus notas son peores, lee esto,
puede que la solución sea más fácil de lo que imaginas.
Todo se aprende
Hay asignaturas
que se atragantan. A todos nos pasa. Pero si tus notas son más bajas que las de
tus compañeros o iguales, aunque tú te esfuerzas el doble que ellos, es posible
que empieces a dudar de tus propias capacidades y que te desanimes.
En la mayoría de
los casos no es un problema de falta de inteligencia, capacidad o memoria, sino
de falta de técnica. Es, por lo general, una cuestión de estudiar de forma poco
eficaz, así que no te desanimes y te pongas a culpar al universo, o a una
maldición ancestral: mejorar el rendimiento y, por lo tanto, las notas, tiene
solución si corriges algunos malos hábitos.
Evita las distracciones
Lo primero que
debes evitar mientras estudias son las distracciones. Cierra el Instagram, deja
el móvil en otra habitación, no pongas música y busca un lugar de estudio
adecuado. Si tu idea de una jornada de estudio es tirarte en la cama a leer los
apuntes por encima mientras suena una lista de reproducción con tus temas
favoritos y tus hermanos se gritan, ¿de verdad te extraña sacar malas notas?
Así no hay manera
de concentrarse y las horas que pases delante de los apuntes serán horas
tiradas a la basura. Si tienes que estudiar, hazlo, no pierdas el tiempo
intentándolo porque al final te habrás aburrido un montón para nada. Elimina
las distracciones y céntrate. Cuando estés descansando o hayas terminado, ya
tendrás tiempo para charlar con tus amigos.
Crea un espacio adecuado
Otro error típico
es estudiar en lugares que no estén adaptados para el estudio. Mesas bajas,
sillas incómodas, poca luz… Si quieres mejorar tus notas, es necesario que
crees un espacio agradable que uses para estudiar, donde puedas aislarte y
concentrarte, colgar tus esquemas en la pared, tener espacio para cada
asignatura, etc.
Busca un sitio
bien iluminado y lo más silencioso posible. Adáptalo a tus necesidades colgando
un corcho de la pared, poniendo una buena mesa, archivadores para tener cada
cosa en su sitio y, por favor, elige una buena silla que no te destroce la
espalda. Es importante que crees por ti mismo un espacio propio donde sepas que
podrás concentrarte y que estarás a gusto.
Mejor NO lo dejes para el final
Si hay un error
típico es este: dejarlo todo para el último momento y luego pegarnos panzadas a
estudiar de doce horas sin levantar la vista de los libros. Si no te organizas
y estudias un poquito cada día, lo llevas claro. Tus notas no van a subir por arte
de magia. Cuando intentas meterte en tres días el temario de un trimestre, la
cosa no puede salir bien. El cerebro tiene límites y cuando, además, coinciden
los exámenes muy pegados, es probable que acabes con un cacao mental que se
reflejará en las notas. Si quieres ser un buen estudiante, recuerda repasar al
menos cinco días a la semana lo que has visto en clase (con una hora o dos al
día es más que suficiente). Preparar los exámenes tras haber hecho este pequeño
esfuerzo es pan comido.
Mala organización
Otro de los
errores comunes es organizarse mal, no planificar el tiempo que requiere cada
asignatura, no tener al día los apuntes, no saber en qué día vivimos…
¿Solución? Cómprate una agenda (y úsala) y cuelga un calendario de la pared de
tu cuarto donde puedas señalar las fechas de entrega de trabajos o exámenes.
Planifica el tiempo que necesitarás para cada materia en plan pesimista, es
decir, nada de «esta está tirada y me la aprendo en dos días», sino más bien lo
contrario: calcula el tiempo necesario para terminar un trabajo contando con
que seguro que surgirán problemas. Así, si todo sale bien, lo tendrás listo antes,
pero si falla algo, no habrá problemas con la fecha de entrega.
Que nunca falte material
Libros, apuntes,
lecturas obligatorias…, lo debes tener todo y mucho antes de que llegue el
momento de preparar los exámenes. Es imprescindible para que puedas hacer tu
trabajo diario y que no te veas al final con demasiados textos para leer con
los que no contabas o con los apuntes incompletos. Si vas viendo todo el
temario según te lo dan, comprobarás cómo suben tus notas.
Prueba otras técnicas de estudio
Puede que la
técnica que usas no te funcione bien. Sería un error no probar con otras
distintas si las habituales no te funcionan como deberían. A veces, por lo que
nos han enseñado desde pequeños, tendemos a leer, subrayar, memorizar
e intentar repetir como loros lo que hemos leído. Lógicamente esto no nos
funciona a todos y además es la técnica menos eficaz, es decir: requiere más
esfuerzo y más tiempo que otras. Prueba con reglas nemotécnicas ara memorizar,
con mapas mentales, con
asociaciones de ideas para fijar conceptos, con crear tus propios test,
fichas… Tienes mucho
para elegir.
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